Tener novio/a mola y quien diga lo contrario, ¡MIENTE!

Llevaba tiempo queriendo escribir un post sobre amor y relaciones y, justamente, hace pocos días leí un blog que trataba esta temática y en ese momento supe que tenía que decir algo al respecto y más en vísperas de San Valentín.

Siempre he pensado que el amor es el arma más poderosa que existe, más que el odio o el miedo. Somos seres sedientos de amor y es normal porque es esencial en nuestras vidas y lo necesitamos día a día. Aunque es curioso el tipo de amor que promueve cada sociedad y, especialmente la nuestra. Un tipo de amor «tradicional/arraigado», un amor controlador, un amor celoso y, en muchas ocasiones, posesivo.

Recuerdo que cuando era pequeña, soñaba despierta viendo las películas de Disney, imaginando que era una princesa y que algún día aparecería mi príncipe azul, comeríamos perdices y seríamos felices por siempre jamás (ilusa de mi). Después me hice mayor, tras varias rupturas y desengaños amorosos, me di cuenta que esos tipos de relaciones apestaban y que me habían hecho más mal que bien. Esas relaciones me prometieron «amor eterno» y «que íbamos a ser felices para siempre» pero en el momento que vieron que era una mujer independiente, con objetivos y metas de futuro, las cosas cambiaron y esas relaciones llegaron a su fin. Y supe que algo no iba bien, que ese tipo de relaciones de «siempre juntos» no funcionaban y causaban estragos en las personas que las habían sufrido.

Sé que tenía parte de culpa del fracaso de esas relaciones pero después de mucho meditar y analizar qué había pasado, llegué a la conclusión que habían sido relaciones inmaduras, egoístas, egocéntricas, esas de «mí, me, conmigo». Y en ese preciso momento, descubrí la soberana mentira que era el «amor romántico» y las nefastas consecuencias que acarreaba consigo. Por ello, decidí abrir los ojos, luchar para no seguir reproduciendo ese tipo de relaciones y seguir siendo la mujer fuerte e independiente que siempre he sido.

Y como siempre he sido una romántica empedernida y una fiel defensora del amor, me prometí que jamás tiraría la toalla en temas del corazón y que debía, ante todo, respetarme y que jamás, nadie, volvería a pasar por encima mía y no me volvería a sentir pequeña. Por ello, empecé a disfrutar de la vida y, cuando menos me lo esperaba, una persona maravillosa apareció en mi vida. Aunque, si os soy sincera, al principio de la relación oír la palabra «novio» me producía sarpullidos y más después de todo lo que había vivido… Pero me di cuenta que no todas las relaciones son egoístas, ni que siempre hay broncas y enfados sin sentido alguno. Ese es el verdadero significado de una relación, estar con alguien que te acepta y te quiere tal como eres, con todas y cada una de tus imperfecciones. Porque no hay nadie «perfecto» para ti, porque no somos perfectos/as y tampoco hay una «media naranja», porque tú ya estás competo/a. Y eso es algo que debemos tener en cuenta y muy presente (que por desgracia hay mucha gente que sigue pensando así).

Por ello, el único consejo que puedo darte es que seas tú mismo/a y que estés con una persona que te acepte tal y como eres. Con alguien que respete tu individualidad, tus deseos y que celebre tus logros y llore contigo en tus derrotas. Sé que todo esto puede sonar a un discurso monótono y repetitivo, pero realmente creo en ello. Por eso pienso que tu pareja debe ser tu mejor amigo/a, tu confidente, tu compañero/a de aventuras y tu más apasionado/a amante, con quien compartir momentos de risas y de monerías. Y por todo ello recuerda, para que una relación sea sana y todo vaya bien, siempre debéis ser tres: tú, él y luego vosotros.

 Pienso que el verdadero significado de una relación es compartir la vida con una persona que sea el viento que ayude a mover tus alas y te haga volar muy alto, sin importar cuanto subas. 

Así que, ¡sé feliz y disfruta de tú compañero/a de aventuras porque lo importante es el camino y no el destino de éste!

juntos san val